Escribió George Orwell que el único crítico literario válido es el
tiempo.
Y ese único crítico literario de fiar, los años, es el que ha
bendecido con creces a Stoner.
Esta novela, del estadounidense
John Williams, que en su día ganó el National Book Award pero que murió
en 1994 sin verse consagrado como un escritor memorable, se publicó en
1965. Pero ha sido este año, medio siglo después, cuando ha encontrado
cientos de miles de lectores en todo el mundo. Es un extraño fenómeno
que se ha venido fraguando desde hace tiempo: en la primera década de
este milenio, Stoner apenas había vendido 5.000 ejemplares.
Pero 2013, medio siglo después de que el autor le explicara a su agente
que para él era consuelo suficiente haber presenciado cómo su tipógrafa
lloraba de emoción mientras tecleaba el capítulo número 15, fue su año:
entre junio y noviembre, por ejemplo, vendió casi 150.000 ejemplares en
EE UU.